Reflexión:
Bajo mi
punto de vista, esta es una situación que podría darse perfectamente en un aula
de primaria, y que deberíamos saber cómo actuar al respecto de la mejor y menos
violenta manera para el niño.
En este
caso, era carnaval, y la clase había preparado un disfraz de 101 dálmatas para
la ocasión, pero el protagonista del cortometraje, Mario, que le gusta mucho
disfrazarse, decide vestirse como a él le gusta, y en vez de 101 dálmatas, se
disfraza de niña, con la ropa de su hermana.
Personalmente
creo que la reacción de sorpresa e incluso de enfado tanto de la profesora como
de los niños de la clase, el director e incluso su propio padre son desmedidas,
injustificadas y muy exageradas, y le dan demasiada importancia a algo que
realmente no la tiene. Haciendo sentir a Mario culpable y diferente por lo que
había hecho, cuando no había hecho nada malo.
Para
empezar, la profesora de primaria debería haber reaccionado restándole
importancia al asunto, e incluso debería haber elogiado la idea tan original de
Mario al vestirse de niña, ya que el carnaval, en esencia, es una fiesta para
disfrazarse de lo que a cada uno más le gusta. Por tanto, ¿Qué tiene de malo
disfrazarse de niña? Nada en absoluto.
Todo el
mundo, y más aun los niños y su inocencia,
son libres de ser o de no ser como quieran, libres de estereotipos, y
deberían de poder dejar rienda suelta a
su naturalidad y a su libertad sin que
les hagan sentir culpable por ello.
El
problema de trasfondo que concibe que se de esta situación viene inmerso en los
profundos ideales que presenta la sociedad actual con respecto a lo que debería
de ser, o como debería de comportarse un
hombre y una mujer. Estos ideales
injustificados son los que nos restan libertad a todos, tanto al hombre como a
la mujer, y deberían desaparecer de una
vez por todas. En pleno siglo XXI todavía hay gente con profundos prejuicios al
respecto. En el caso de Mario, se podría incluso tachar de un acto de homofobia
a lo ocurrido.
Es
evidente que la escuela, e incluso las familias, tienen un agujero educativo
esencial en la educación social, en el cual no se toman ni se contemplan las
medidas adecuadas de actuación y educación, y en el cual se debería de concienciar a los niños desde
muy pequeños, que existe la libertad sexual y de expresión y que no deberían de
resultarnos extrañas las situaciones como la de Mario. Por tanto se hace evidente la carencia que
presenta la educación con respecto a estos temas.
Una de
las cosas que más me ha sorprendido es la rapidez con que adquieren los niños
pequeños estos estereotipos e ideales. En el video se aprecia como todos los
niños de la clase, y en especial el niño llamado Santos, (el cual increpa a su
compañero con despectivos homófobos, diciéndole maricón) actúan con
desaceptación y sorpresa a la iniciativa de Marcos, cuando no debería de ser
así.
Esto
demuestra que la homofobia y los ideales con respecto al hombre y la mujer
siguen latentes en la actualidad y además que se aprenden muy rápido, desde
pequeños.
Si la
situación hubiera sido la contraria, que una alumna se vistiera de niño,
posiblemente habría causado menos asombro y desaceptación, e incluso podría
haber pasado desapercibida, ya que las
niñas muchas veces visten igual que los niños, por ejemplo con tejanos y
camiseta, y es un estereotipo aceptado en nuestra sociedad.
La
culpa de este aprendizaje tan negativo, bajo mi punto de vista, la tienen
principalmente los medios de comunicación, que difunden cada día ejemplos claros de discriminación
social y acentúan las diferencias sociales. Por ejemplo anuncios, programas,
etc.… A esto habría a que añadirle el papel que juega la escuela y la familia, el cual en muchos
casos, como en el del cortometraje, también sigue reproduciendo este modelo
social estereotipado y discriminatorio. Por tanto el cambio debería empezar por
el entorno educativo más cercano al niño, es decir, la familia y la escuela y
es ahí donde la sociología es una herramienta muy eficaz, para abrir los ojos a
los educadores y concienciarlos de cómo debería de ser la sociedad, es decir,
una sociedad libre y sin estereotipos.
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