Artículo: ¿Deberes
sí o no?
Como se
ha podido observar, existe una verdadera controversia sobre este tema. Hay
padres que opinan que los deberes para casa no deberían existir y que debería ser
suficiente con las 5 horas lectivas diarias. Por ejemplo, un albañil cuando
termina la jornada de trabajo, no tiene porque llevarse más trabajo a casa. Otros
piensan que los deberes para casa solo son para los que lo necesiten o los que no trabajan lo suficiente
en clase. De este modo, los que si trabajan en clase, podrán dedicar el tiempo libre a sus intereses, como jugar, tocar
el piano, etc. Algunos afirman que los deberes generan desigualdades en la educación,
puesto que no todas las familias pueden ayudar o controlar a sus hijos de igual manera a
la hora de hacer la tarea en casa, por lo que unos cuentan con ventaja sobre
otros.
Por
otro lado hay padres que opinan que los deberes diarios ayudan a crear un
hábito de trabajo, de orden y superación, en el que la familia debe implicarse, puesto que les ayudará mucho en el futuro. Este hábito es muy difícil adquirirlo de
golpe cuando son mayores. También afirman que, después de clase, hay tiempo suficiente para hacer los deberes y cualquier otro tipo de actividad.
En
cambio los profesores aseguran que las tareas les sirven para reforzar el
contenido que se da en el aula. Además se crea el sentido de la
responsabilidad, se fomenta la lectura y la capacidad de investigación. La
labor del padre es controlar que los hagan. Afirman que existen diferencias
entre los que hacen los deberes y los que no.
Bajo mi
punto de vista, cada uno de los argumentos expuestos anteriormente tiene su
parte de razón. Pero personalmente creo que el problema no está en “deberes si
o deberes no”. El verdadero problema es: “¿qué tipo de deberes hay que poner?”.
Como se
ha demostrado en miles de estudios y reflexiones: tenemos un sistema educativo del
siglo XIX con profesores del siglo XX y alumnos del siglo XXI. Entonces, ¿el
problema no estará en el tipo de deberes? En la actualidad la metodología de
enseñanza se ciñe casi siempre a la realización de ejercicios del libro,
exactamente igual que en el siglo XIX, además son ejercicios aburridos y monótonos,
que no producen ningún tipo de motivación al niño, sobre todo porque no se
utilizan las herramientas del siglo XXI, es decir, no se utilizan las TICS.
Si los
profesores adaptaran la metodología al siglo XXI, posiblemente mejoraría mucho
este problema. Por poner un ejemplo: Si en vez de mandar 15 ejercicios de
conocimiento del medio sobre los vertebrados, mandaran la realización
de un “Prezi” con imágenes y textos digitales de los vertebrados, posiblemente
los alumnos, además de aprender más, lo harían con mucho más interés y dedicación.
En
definitiva, el verdadero problema está en la metodología y el tipo de deberes,
y no en sí deberían o no poner deberes para casa.
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